jueves, 1 de mayo de 2008

El mejor amigo

- Nunca hablas de él, ¿por qué nunca hablas de él?

- Tampoco hay nada que decir.

- Ni miras sus fotos…

- Ya las tengo muy vistas.

- Y últimamente tampoco contestas a mis preguntas… ¿Por qué nunca hablas de él?, ¿por qué ya nunca hablas conmigo?

- Déjame

- Lo ves… ya no sientes lo mismo por mí…

- ¿Y qué debería de sentir?

- ¡Pues amor, claro! El amor mueve la vida, mira a ver si no estás muerta…

- Quizá lo esté. Qué más te daría.

- Si tú te mueres, sabes que yo me muero contigo. Aunque sólo sea por pena. No me mates, ámame.

- Siempre rogando amor, debería darte vergüenza.

- ¿Esa es la sensación que tienes?, ¿Qué mendigo amor?... ¿por eso nunca hablas con él?... ¿por eso no me hablas a mí?... ¿me guardas rencor por tratar que me amara?

- Antes solía preguntarme dónde estaba tu amor propio, pero hace tiempo que no le doy vueltas. Déjame. No quiero hablar contigo, me traes malos recuerdos.

- Y sin embargo tengo muchas más cosas buenas que recordarte que malas…

- Eso es lo que tú crees, a mí sólo me viene angustia a la mente… y no es agradable. Yo estaba perfectamente bien ignorándote, mi vida seguía.

- Tu vida no sigue si aún eres capaz de odiarme. Cuando me ignores… entonces ya veremos.

- ¿A dónde quieres llegar?, ¿qué quieres de mí?, ¿por qué me atormentas? Ya ha pasado mucho tiempo… Vete, ¡vete!, déjame…

- Quiero hacerte entender quién eres, hacerte ver que no estás bien, ayudarte a sanar, y acompañarte en los momentos felices igual que en los tristes. Sabes que soy parte de ti igual que tú lo eres de mí, hemos crecido juntas.

- Hace tiempo que no te reconozco, ni a mí misma…

- No llores, juntas saldremos de esa, no llores. Ya verás como todo irá bien. Ahora háblame del daño que te hizo, desahoga la rabia que llevas dentro, y deja que yo la digiera, mucho tiempo la has llevado sobre tus hombros. Luego duerme, y cuando hayas reposado, hablaremos sobre cómo tirar pa’lante.

- Eso era lo que estaba haciendo…

- La vida hay que cogerla por los cuernos, no evitarla. Tú estabas a un lado del río, de espaldas, tratando que la subida del cauce no te llegara, en standby… pero de espaldas uno se aburre, y el agua llega tarde o temprano. Tenemos mucho que vivir, mucho que ver… sólo tienes que volver a pulsar Play, y sonreir…



Se miró en el espejo y se sonrió. Al fin se unió su pasado a su presente. A veces no hay mejor amigo que uno mismo.