martes, 1 de abril de 2008

Un mal día

un día me preguntaron qué sentía al estar viva, y yo respondí una lista de cosas que experimentaba en ese momento, sin darme cuenta de que en realidad estaba muerta. No todos los corazones que laten están nutriendo una vida. Muchos de los que caminan apenas han nacido.
Si al nacer, vemos la luz.
Si al caminar, ponemos el mundo a nuestro alcance. Si al hablar, ya somos capaces de desarrollarnos como personas.... entonces es al descubrir cuán pequeños somos en este universo y plantearnos la Vida cuando realmente apreciamos todos esos dones. Alguien que guarda un recuerdo en una caja y no lo vuelve a mirar, no lo tiene.

Comienzo ahora a nacer, y lo sé. Tantas y tantas cosas por aprender, tantísimas personas por conocer y millones de lugares y experiencias que disfrutar. Tantas lágrimas que secarme. Tanta Vida, así, con mayúsculas.

Y todo comienza en el caos del porqué. Abres los ojos y te planteas tu identidad y la de los que te rodean. Y has de romper los esquemas que hasta ese momento eran válidos para construir los tuyos propios (vaya alguien o no haciéndote las preguntas que han de guiar tus conclusiones) Y es terrible ver que tu mundo se desmorona. Pero el ser humano es maravilloso, y saca fuerza de donde ya sólo había cansancio, tiene fe, y logra decidir dónde poner la primera piedra.
Hoy mi piedra angular soy yo misma, y no he de dejar que se me olvide. Soy la que da sentido a mi propia vida, y soy la protagonista del cuento que yo misma escribo. Mi mundo. Que cuando se fusiona con un segundo, da como resultado una explosión de color. Y muchísimas más dudas de las que ya cargaba. Y como las dudas son el comienzo de una reconstrucción, entonces he de dar gracias a dios sabe qué dios por haberte traido a mi mundo y hacerlo crecer.
Y es por eso, porque me crezco ante la adversidad, que digo: un mal día lo tiene cualquiera. Las personas que merecen la pena son las que logran cambiar su suerte.