- Nunca hablas de él, ¿por qué nunca hablas de él?
- Tampoco hay nada que decir.
- Ni miras sus fotos…
- Ya las tengo muy vistas.
- Y últimamente tampoco contestas a mis preguntas… ¿Por qué nunca hablas de él?, ¿por qué ya nunca hablas conmigo?
- Déjame
- Lo ves… ya no sientes lo mismo por mí…
- ¿Y qué debería de sentir?
- ¡Pues amor, claro! El amor mueve la vida, mira a ver si no estás muerta…
- Quizá lo esté. Qué más te daría.
- Si tú te mueres, sabes que yo me muero contigo. Aunque sólo sea por pena. No me mates, ámame.
- Siempre rogando amor, debería darte vergüenza.
- ¿Esa es la sensación que tienes?, ¿Qué mendigo amor?... ¿por eso nunca hablas con él?... ¿por eso no me hablas a mí?... ¿me guardas rencor por tratar que me amara?
- Antes solía preguntarme dónde estaba tu amor propio, pero hace tiempo que no le doy vueltas. Déjame. No quiero hablar contigo, me traes malos recuerdos.
- Y sin embargo tengo muchas más cosas buenas que recordarte que malas…
- Eso es lo que tú crees, a mí sólo me viene angustia a la mente… y no es agradable. Yo estaba perfectamente bien ignorándote, mi vida seguía.
- Tu vida no sigue si aún eres capaz de odiarme. Cuando me ignores… entonces ya veremos.
- ¿A dónde quieres llegar?, ¿qué quieres de mí?, ¿por qué me atormentas? Ya ha pasado mucho tiempo… Vete, ¡vete!, déjame…
- Quiero hacerte entender quién eres, hacerte ver que no estás bien, ayudarte a sanar, y acompañarte en los momentos felices igual que en los tristes. Sabes que soy parte de ti igual que tú lo eres de mí, hemos crecido juntas.
- Hace tiempo que no te reconozco, ni a mí misma…
- No llores, juntas saldremos de esa, no llores. Ya verás como todo irá bien. Ahora háblame del daño que te hizo, desahoga la rabia que llevas dentro, y deja que yo la digiera, mucho tiempo la has llevado sobre tus hombros. Luego duerme, y cuando hayas reposado, hablaremos sobre cómo tirar pa’lante.
- Eso era lo que estaba haciendo…
- La vida hay que cogerla por los cuernos, no evitarla. Tú estabas a un lado del río, de espaldas, tratando que la subida del cauce no te llegara, en standby… pero de espaldas uno se aburre, y el agua llega tarde o temprano. Tenemos mucho que vivir, mucho que ver… sólo tienes que volver a pulsar Play, y sonreir…
Se miró en el espejo y se sonrió. Al fin se unió su pasado a su presente. A veces no hay mejor amigo que uno mismo.
jueves, 1 de mayo de 2008
Los Mandriles
...llega un momento en la vida de todo mandril en la que se plantea las preguntas fundamentales de la vida y la existencia "quién soy", "de dónde vengo", "a dónde voy"...
El problema reside en la necesidad de contestar dichas preguntas, y la ausencia de respuestas, a lo que el madril puede reaccionar de diferentes maneras:
a/ suicidándose, práctica poco conocida (y algo mal vista) pero existente en dicha especie
b/ dándose a las drogas y las mandrilas
c/ metiéndose en una espiral de preguntas que hagan que el madril muera de inanición por su ansia de conocimiento
d/ que sufra una involución y se convierta enlo que todo mono debe ser, un macaco de pro, con sus "uaa" y sus atracones de piojos.
La última es la más popular, cuando un mandril se plantea las preguntas filosóficas, lo más corriente es que al cabo de un tiempo decida (inconscientemente) que su vida no tiene más sentido como ser pensante, y se dé a sus impulsos más animalmente naturales.
Pero... ¿y si el sentido dela vida fuese precisamente que no tiene sentido?, ¿puede ser el conocimiento el último arma de la selección natural para seleccionar a los individuos?, ¿tal vez es una estratagema del dios mandril para castigar a aquellos que osen entenderlo?... Creo que nunca podremos responder a estas cuestiones.
Queridos mandriles, la solución, evidentemente, sólo es una. Nunca os planteéis las preguntas básicas a las que la evolución nos avoca. En la ignorancia se vive más feliz.
FDO: una mandrila que se decidió por la respuesta B... pero cambió de idea
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